Cuando pensamos en la sonrisa de un niño, a menudo imaginamos dientes perfectos y una risa contagiosa. Sin embargo, no todos los niños tienen un desarrollo dental sin complicaciones. Las maloclusiones, o alineaciones dentales incorrectas, son comunes en la infancia y pueden afectar no solo la estética de la sonrisa, sino también la salud bucal y general del niño. Hoy vamos a explorar los diferentes tipos de maloclusiones que pueden aparecer en los niños, cómo reconocerlas y por qué es crucial tratarlas a tiempo.

 

¿Qué son las maloclusiones dentales? 

Las maloclusiones dentales son alteraciones en la alineación de los dientes y en la relación entre los arcos dentales superior e inferior. Estos desajustes pueden variar considerablemente en tipo y gravedad, desde leves apiñamientos hasta complejas mordidas cruzadas que afectan significativamente la funcionalidad oral y la estética. La detección y tratamiento tempranos de estas maloclusiones son fundamentales, no solo para preservar la estética de la sonrisa, sino también para garantizar una adecuada función masticatoria y evitar problemas futuros de habla y salud oral.

Los problemas derivados de las maloclusiones no tratadas van más allá de lo estético; pueden provocar dificultades significativas en la masticación y la digestión de alimentos, contribuir al desarrollo de trastornos de la ATM (articulación temporomandibular) y generar desgaste anormal de las superficies dentales. Además, las maloclusiones pueden estar asociadas con dolores de cabeza frecuentes y dolor en el cuello o la espalda debido a la mala alineación de la mandíbula.

El tratamiento temprano es crucial y puede incluir el uso de aparatos ortodónticos para corregir la posición de los dientes y modificar el crecimiento mandibular. En niños, el tratamiento ortopédico puede aprovechar el crecimiento natural para corregir discrepancias óseas, evitando procedimientos más invasivos en el futuro. La ortodoncia en la infancia no solo se centra en corregir la posición de los dientes para mejorar la sonrisa, sino también en crear un entorno más saludable para el desarrollo de los dientes permanentes que aún no han erupcionado.

 

Tipos comunes de maloclusiones en niños 

Mordida Cruzada 

La mordida cruzada es una de las maloclusiones más comunes en niños y se caracteriza por la posición inversa de los dientes; es decir, algunos dientes superiores ocluyen detrás de los dientes inferiores. Esta condición puede afectar tanto a un solo diente como a grupos de dientes, e incluso puede presentarse tanto en la parte frontal como en la posterior de la boca.

El tratamiento de la mordida cruzada es importante porque, si no se corrige, puede conducir a problemas más serios como la asimetría facial y el desgaste anormal de los dientes. Además, los niños con mordida cruzada a menudo desarrollan una desviación de la mandíbula hacia un lado, lo que puede resultar en un desarrollo facial desequilibrado y en problemas de la articulación temporomandibular (ATM) a largo plazo.

El abordaje ortodóntico para corregir la mordida cruzada generalmente implica aparatos que pueden expandir el paladar y facilitar la correcta oclusión de los dientes. En algunos casos, especialmente en los pacientes más jóvenes, estos tratamientos pueden aprovechar el crecimiento natural para lograr resultados efectivos y duraderos. La intervención temprana no solo facilita la corrección de estas maloclusiones, sino que también ayuda a prevenir la aparición de complicaciones más adelante en la vida.

Mordida Abierta 

La mordida abierta describe una situación en la que los dientes anteriores, tanto superiores como inferiores, no logran hacer contacto físico cuando la boca está cerrada. Esta condición a menudo resulta de hábitos prolongados en la infancia, como chuparse el dedo, el uso prolongado del chupete, o empujar la lengua contra los dientes al tragar, hablar o en reposo.

Las implicaciones de una mordida abierta van más allá de la estética dental; pueden afectar seriamente la función masticatoria y la claridad del habla. Los niños con mordida abierta pueden experimentar dificultades para morder alimentos correctamente y pueden desarrollar un habla incomprensible, ya que la posición de los dientes y la lengua son cruciales para la articulación de ciertos sonidos lingüísticos.

El tratamiento de la mordida abierta a menudo involucra tanto la corrección de los hábitos nocivos como el uso de aparatos ortodónticos específicos que promueven el cierre adecuado de los dientes. La intervención a una edad temprana es fundamental y puede incluir terapias con especialistas en habla para modificar comportamientos que contribuyen a esta maloclusión. La colaboración interdisciplinaria en estos casos es esencial para abordar tanto las causas subyacentes como los síntomas, asegurando así un desarrollo saludable y armónico de la boca y la cara.

Sobremordida 

Una sobremordida es una maloclusión común que ocurre cuando los dientes superiores se proyectan significativamente sobre los dientes inferiores en una mordida cerrada. Esta condición puede variar en severidad, desde una ligera sobreposición hasta un solapamiento extremo donde los dientes inferiores casi tocan el paladar.

El problema con una sobremordida no es solo una cuestión estética; tiene consecuencias funcionales y de salud significativas. Por un lado, una sobremordida severa puede dificultar la masticación adecuada de los alimentos, lo que afecta la digestión y la absorción de nutrientes. Además, esta condición pone a los dientes frontales superiores en un riesgo elevado de traumatismos durante actividades físicas o accidentes, ya que sobresalen más de lo normal.

El desgaste anormal de los dientes es otra preocupación importante para aquellos con sobremordida. Los dientes inferiores tienden a desgastarse más rápidamente porque el esmalte en estas áreas recibe una presión constante y desigual. Además, las personas con sobremordida a menudo sufren de dolor en la mandíbula y pueden desarrollar trastornos temporomandibulares (TMD) debido a la posición anormal de la mandíbula al cerrar la boca.

El tratamiento de la sobremordida puede incluir el uso de brackets, retenedores o, en casos más severos, cirugía ortognática. El objetivo es realinear los dientes y, si es necesario, reestructurar la mandíbula para lograr una oclusión más saludable y funcional. Los ortodoncistas a menudo recomiendan comenzar el tratamiento en niños y adolescentes, ya que es más fácil corregir durante las etapas de crecimiento y desarrollo.

Submordida 

La submordida es una maloclusión donde los dientes inferiores protruyen más allá de los dientes superiores, esencialmente lo opuesto a una sobremordida. Esta condición puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo problemas genéticos que afectan el crecimiento del maxilar inferior o superior, o hábitos tempranos como la succión del pulgar que pueden deformar la alineación de los dientes.

Una submordida no solo afecta la apariencia de la sonrisa, sino que también puede llevar a problemas funcionales graves. Las dificultades para masticar y hablar son comunes, ya que la alineación anormal de los dientes puede hacer que estas actividades básicas sean incómodas o ineficaces. Además, la submordida puede causar una distribución desigual del estrés en la mandíbula, lo que puede resultar en dolor crónico, desgaste de los dientes y riesgo aumentado de fracturas dentales.

El tratamiento de la submordida a menudo implica un enfoque multidisciplinar que puede incluir aparatos ortodónticos para mover los dientes a una posición más natural y, en algunos casos, intervenciones quirúrgicas para corregir irregularidades óseas. La intervención temprana es crucial para aprovechar las fases de crecimiento y minimizar la necesidad de procedimientos más invasivos más adelante en la vida.

Apiñamiento 

El apiñamiento dental ocurre cuando hay una falta de espacio en la mandíbula para acomodar todos los dientes de manera adecuada, lo que resulta en dientes torcidos o superpuestos. Esta condición es una de las razones más comunes por las que las personas buscan tratamiento ortodóntico.

El principal problema con el apiñamiento es que complica significativamente la higiene dental adecuada. Los dientes superpuestos son difíciles de limpiar eficazmente, lo que aumenta el riesgo de caries dental y enfermedades periodontales. Además, el apiñamiento puede llevar a un desgaste dental irregular y puede causar incomodidad o dolor debido a la presión en los dientes y las encías.

El tratamiento para el apiñamiento generalmente implica la realineación de los dientes con brackets o alineadores transparentes. En algunos casos, puede ser necesario extraer uno o más dientes para crear espacio y permitir una alineación adecuada. Prevenir el apiñamiento también puede ser posible con intervenciones tempranas, como la expansión palatina, que puede proporcionar el espacio necesario para que los dientes permanentes erupcionen correctamente.

 

Prevención y tratamiento temprano 

La intervención temprana es crucial para corregir las maloclusiones en los niños. Un tratamiento oportuno puede prevenir la necesidad de intervenciones más invasivas en el futuro.

  • Revisiones ortodónticas tempranas: Los expertos recomiendan que todos los niños sean evaluados por un ortodoncista alrededor de los 7 años de edad.
  • Tratamientos personalizados: Dependiendo del tipo de maloclusión, el tratamiento puede incluir aparatos removibles, brackets, o en casos menos severos, simplemente vigilancia y guía del crecimiento dental y mandibular.

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