Uno de los problemas más habituales en los niños es tener el paladar ojival o estrecho, esto da lugar a una mordida cruzada. Esta maloclusión se caracteriza por morder los dientes superiores por dentro de los inferiores cuando debería ser al revés. Además suele haber un desplazamiento de la mandíbula hacia un lado que puede tener repercusiones en el crecimiento y originar trastornos en la articulación que se encuentra delante del oído. Es muy importante por tanto un tratamiento precoz de este problema.
El tratamiento suele hacerse con aparatos fijos de ortodoncia. En pocos meses se soluciona el problema proporcionado un adecuado encaje de los dientes, centrando la mandíbula y aumentando el espacio para los dientes que faltan por salir.
En los adultos también es posible expandir el maxilar, aunque como es lógico hay limitaciones debido a que el crecimiento está finalizado. Los aparatos fijos corrigen las mordidas cruzadas de origen dentario, las que son de origen esquelético solo se corrigen sumando cirugía. Por este motivo es tan importante realizar la expansión maxilar a la edad correcta, es decir, cuando el paciente está en crecimiento.
